A veces escribo sin pensar...


Me cuesta seguir los pasos,

salto al siguiente 

y luego me comparo,

la paciencia no perdura en mi consciencia,

y hago de todo menos reverencias.

Me piso mis propios talones 

y tropiezo con mis armazones,

me engaño y no lo comparto,

hago de mi habitación mi santuario.

Escribo por inercia 

sin saber muy bien qué representa,

me escapo de mi cabeza

y aprendo a no llevar la cuenta.

El desastre de mis armaduras,

desequilibrio de mis andaduras.

Comentarios