-¿Qué tal? -No lo sé.

No me preguntes qué tal si esperas que te conteste "bien",

porque me encanta actuar pero no se me da nada bien mentir debajo de un escenario,

porque hace un tiempo que me acompaña la soledad y me hice amiga de la apatía y la única respuesta que tengo (no lo sé) no es repuesta,

que la almohada no me deja de hablar y el aire está contaminado de esperas que no acaban nunca,

las charlas conmigo son constantes y no le abro la puerta a casi nadie aunque el timbre hace un tiempo que echa de menos su propio sonido porque ya nadie lo toca,

hay ya muy pocas cosas que llenan un poco el vacío entre pecho y espalda e intenté olvidarme de todo para empezar a acordarme de mi,

las palabras que salen de mi ya no tienen el mismo sentido y ahora ya no sé cual tienen conexión con cual porque las letras se juntan solas,

y todos mis pensamientos se copiaron del nudo de mi garganta que ya no hay quien lo calme,

asi qué no me preguntes que tal estoy porque ni siquiera sabría por dónde empezar a contarte y lo más seguro es que te mintiera mal

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